Ask a Self-Advocate: The Intersectionality of Race, Disability, and Gender

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Jevon Okundaye is the Program Assistant for MAC’s Racial Equity and Access Project (REAP) and a former MAC Young Adult Leader Fellow. This post is a part of MAC’s “Race and Disability” webpage. Jevon is a Black autistic young man. He graduated from Tufts University in 2019 with majors in Africana Studies and English. Jevon hopes this blog can teach people about the intersectionality of race and disability. The suggestions in this blog are based on Jevon’s personal experience. He realizes that what worked for him may not work for everyone else.

Common Trends

In a previous blog post, I discussed the intersectionality of race and disability, but there is an additional layer of intersectionality that I would like to explore, gender. Gender often contributes to the challenges, barriers, and disparities that students of color (SOC) with disabilities face. For example, generally speaking female SOC with and without disabilities are frequently disciplined and treated differently than White male peers due to sexism, racism, and ableism. It is important to note that SOC with disabilities will experience challenges regardless of their gender. Based on my own lived experience, I want to acknowledge how the male gender plays a pivotal role in the disparities that we see today in schools, particularly for SOC with disabilities.

For example, Black and Latinx boys with disabilities are disproportionately removed from general education classrooms, placed in special education classrooms, and separated from their non-disabled peers. Additionally, male SOC with disabilities tend to get lower grades and graduate at smaller rates than other students,[i] contributing to the Academic Achievement Gap (AAG). Furthermore, boys of color with disabilities are disciplined at higher rates than their peers,[ii] contributing to the School to Prison Pipeline (STPP).

Reasons for the Trends

Male students frequently suffer from toxic masculinity and feel the need to endure the hardships of school without showing weakness. The academic and social aspects of school can be challenging for students, especially for boys who are more reluctant to ask for help and express their emotions. When boys avoid telling people when they feel anxious, depressed, and / or overwhelmed, their bottled-up emotions negatively impact their mental health, making it harder to do schoolwork and leading to outbursts and meltdowns. Boys, particularly those of color with disabilities, are then seen as troublesome and disruptive students due to teachers misunderstanding the cause of this behavior.

Likewise, teachers often perceive boys’ actions as misbehavior rooted in aggression and over-activity. This stereotyping leads to boys being disciplined more than girls. However, it is important to note that females of color are disciplined at excessively high rates as well. Nevertheless, my principal once gathered all of the boys together to discuss our behavior, while the girls continued to be taught in the classroom, though they too were part of the disruption. This not only showed how harsh punitive measures are concurrent with boys falling behind in school, but also made my male classmates and me feel criminalized. This sense of criminalization is heightened in boys of color with disabilities, who have to contend with racist and ablest notions from teachers and are heavily punished even for the most innocent behaviors.

Ways to Stop the Trends

As a society and community, we must stop perpetuating toxic masculinity and teach boys that it is okay to share their emotions. In doing so, boys will have better relationships with their teachers and their teachers will better understand why boys behave the way they do. For example, I consider myself to be a sensitive person, and I am not ashamed of that. Growing up in a household with two women, I learned to tell my teachers how I am feeling, especially if I feel anxious and / or overwhelmed, making it less likely for me to have an outburst or a meltdown.

Teachers must address their preconceived perceptions about boys and use punitive discipline as a last resort. Teachers must also stop viewing boys of color with disabilities as troublemakers and make an effort to find out the underlying reason for these students’ behaviors.


Pregúntale a un defensor de sí mismo: La interrelación entre raza, discapacidad y género

Jevon Okundaye

Jevon Okundaye es asistente de programa del Proyecto de Acceso y Equidad Racial (REAP, por sus siglas en inglés) de MAC y ex becario líder de jóvenes adultos de MAC. Esta publicación forma parte de la página web “Raza y Discapacidad” de MAC. Jevon es un joven autista negro. Se graduó en la Universidad de Tufts en 2019 con especialización en Estudios de Africana e Inglés. Jevon espera que este blog pueda instruir a la gente sobre la interrelación de la raza y la discapacidad. Las sugerencias de este blog se basan en la experiencia personal de Jevon. Comprende que lo que funcionó para él puede no funcionar para todos los demás.

Tendencias comunes

En un post anterior del blog, hablé de la interrelación de la raza y la discapacidad, pero hay una capa adicional de interrelación que me gustaría abordar: el género. Con frecuencia, el género también contribuye a los retos, las barreras y las desigualdades a las que se enfrentan los alumnos de color (SOC, por sus siglas en inglés) con discapacidades. Por ejemplo, en términos generales, las mujeres SOC con y sin discapacidades suelen ser objeto de medidas disciplinarias y de un trato diferente al de sus compañeros varones blancos debido al sexismo, el racismo y la discriminación hacia la discapacidad.. Es importante señalar que los SOC con discapacidades experimentarán desafíos independientemente de su género. Basándome en mi propia experiencia de vida, quiero señalar que el género masculino desempeña un papel fundamental en las desigualdades que vemos hoy en día en las escuelas, especialmente en el caso de alumnos SOC con discapacidades.

Por ejemplo, los niños negros y latinos con discapacidades son excluidos de manera desproporcionada de las aulas de educación general, colocados en aulas de educación especial, y separados de sus compañeros no discapacitados. Además, los varones SOC con discapacidades suelen obtener calificaciones más bajas y graduarse en menor proporción que otros alumnos,[i] lo que contribuye a la Brecha de rendimiento académico (AAG, por sus siglas en inglés). Incluso, los niños de color con discapacidades son objeto de medidas disciplinarias en mayor proporción que sus compañeros,[ii] lo que contribuye a aumentar los riesgos de la Transición de la escuela a la prisión (STPP, por sus siglas en inglés).

Las razones de las tendencias

Los alumnos varones suelen padecer una masculinidad tóxica y sienten la necesidad de afrontar las dificultades de la escuela sin mostrar debilidad. Los aspectos académicos y sociales de la escuela pueden ser un reto para los alumnos, especialmente para los hombres, que se resisten en mayor medida a pedir ayuda y a expresar sus emociones. Si los niños no dicen nada cuando se sienten ansiosos, deprimidos y/o abrumados, sus emociones reprimidas afectan negativamente a su salud mental, dificultando la realización de las tareas escolares y provocando exabruptos y reacciones violentas. Los niños, especialmente los de color con discapacidades, son vistos como alumnos problemáticos y disruptivos debido a que los profesores malinterpretan la causa de este comportamiento.

Asimismo, los profesores suelen percibir las acciones de los niños como un comportamiento incorrecto basado en la agresividad y el exceso de actividad. Este estereotipo hace que los niños sean más regañados que las niñas. Sin embargo, es importante señalar que las mujeres de color también son objeto de un número excesivo de medidas correctivas. No obstante, mi director reunió una vez a todos los chicos para hablar de nuestro comportamiento, mientras que las chicas siguieron recibiendo clases en el aula, aunque también participaron en el desorden. Esto no solo demostró la dureza de las medidas correctivas que coinciden con el retraso escolar de los chicos, sino que también hizo que mis compañeros y yo nos sintiéramos como delincuentes. Esta sensación de criminalización se acentúa en los niños de color con discapacidades, que tienen que enfrentarse a las nociones racistas y abusivas de los profesores y son fuertemente castigados incluso por los comportamientos más inocentes.

Cómo detener estas tendencias

Como sociedad y comunidad, debemos dejar de alimentar la masculinidad tóxica y enseñar a los niños que está bien compartir sus emociones. Al hacerlo, la relación de los alumnos con sus profesores será mejor y, a su vez, los profesores entenderán mejor por qué los chicos se comportan como lo hacen. Por ejemplo, yo me considero una persona sensible, y no me avergüenzo de ello. Al crecer en un hogar con 2 mujeres, aprendí a decirles a mis profesores cómo me siento, especialmente si me siento ansioso y/o abrumado, lo que hace menos probable que tenga una reacción de enojo o agresiva.

Los profesores deben hacer frente a sus percepciones preconcebidas sobre los chicos y utilizar las medidas correctivas como último recurso. Los profesores también deben dejar de considerar a los chicos de color con discapacidades como problemáticos y esforzarse por averiguar la razón subyacente de los comportamientos de estos alumnos.

 

[i] Cohort 2021 Graduation Rates -Boston (00350000) (mass.edu) – Please note that this data is not cross-tabulated.

[ii] 2020-21 Student Discipline Data Report by All Offenses - Boston (00350000) (mass.edu) – Please note that this data is not cross-tabulated.

 
Jevon Okundaye